Viento que suena dentro y fuera de un cañón de bambú. Así es este sonido de Shakuhachi, flauta tradicional japonesa. junto a él, como bambú que es, le acompaña el sonido del entorno natural, agua, viento, pájaros y la luminosidad del fuego luminoso del sol... así se unen en una sola imagen los cuatro elementos del feng shui, agua, tierra, aire y fuego, es la magia de la re-sonancia en un mínimo mecanismo con un máximo rendimiento algo que, en la mentalidad nipona, se da mucho.
En shakuhachi no se pretende buscar un solo sonido límpio y claro, nítido, porque la vida en sí misma no es inmaculadamente perfecta, tiene también sus imperfecciones. En Shakuhachi, interesa la técnica del soplado pero también la energía con la que se ejecuta. Así el ejecutante, no es un mero mecano dentro del entramado sonoro del instrumento sino que se convierte en parte co-creadora con el mismo instrumento, con el compositor de la pieza y con su entorno en el que le toca vivir ese momento.
Tu eres el creador d elo que suena y por ello debes poner atención especial en ello pues, si no suena bien, o si suena mal incluso, sigues siendo tú el responsable que no culpable de aquello que sonó y ya pertenece al recuerdo de quien lo oyó. Es esa responsabilidad y ese trato el que hay que trabajar, sin ego, sin apego, dejando fluir el sonido como el viento por el cañón del bambú del shakuhachi
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