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miércoles, 28 de mayo de 2014

El misterio del tacto, a nuestro alcance

De todos los sentidos de que dispone el ser humano, en ocasiones hablamos de que hay algunos "aéreos", aquellos que vienen por el aire de forma externa como es el olfato, el oído y, en especial la vista; sentidos externos que los percibimos desde la distancia, olemos de lejos, vemos de lejos oímos de lejos. Pero tal vez hay un sentido olvidado y muy básico y vital, aquél que nos conecta fgísica con todo el entorno y a nivel global, desde todas las partes d enuestro cuerpo, ese, justamente ese es el tacto. Este artículo habla, un poco de este fenómeno.
Extraido de :   http://aedv.es/profesionales/actualidad/dermagazine/articulos/el-misterio-del-tacto-nuestro-alcance 
 
  
Era uno de los últimos desafíos de la neurociencia sensorial: ¿cómo funciona nuestra epidermis para transmitir a nuestro cerebro la percepción del tacto? Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia, dirigido por la bióloga Ellen Lumpkin, las células de Merkel son las responsables. Es una gran noticia para la ciencia: el ser humano anduvo detrás de su origen ciento treinta años, desde que se descubrieron en 1875.
Lumpkin y su equipo han desvelado los últimos secretos del tacto gracias a la optogenética. Esta técnica, como su nombre indica, combina elementos genéticos y ópticos para controlar en directo el comportamiento de una célula en un tejido vivo. Las revelaciones de este estudio concluyen que las células Merkel se coordinan con las neuronas sensoriales de la piel para enviar el mensaje a nuestro cerebro de qué tipo de textura o superficie estamos palpando con nuestra piel.
Las células (o corpúsculos de tacto) de Merkel poseen unas microvellosidades con propiedades mecanorreceptoras que le permiten lanzar neurotransmisores que a su vez interactúan con terminales nerviosos próximos a ellas. Las células Merkel despliegan una respuesta rápida y de alta frecuencia a estímulos táctiles. Se comportan como una neurona, aunque en realidad no lo sean.
Hasta el momento eran difíciles de distinguir de otras células de la epidermis por microscopio óptico, pero gracias al electrónico y sobre todo a la optogenética, se han podido estudiar con más detalle y confirmar lo que se sospechaba, que estas células ejercen una función de localización espacio temporal muy precisa de una sensación en la piel. También están asociadas a la aparición del carcinoma.
"Estos experimentos son la primera prueba directa de que las células de Merkel pueden codificar lo que se toca en señales nerviosas que transmiten información al cerebro acerca de los objetos del mundo que nos rodea ", comenta Lumpkin en un comunicado publicado en Nature a principios de este mes de abril.
¿Qué aplicaciones supone este descubrimiento? Nada menos que desarrollar las primeras prótesis “inteligentes”, es decir, aquellas que replican el sentido del tacto. Un avance gigantesco para la medicina ortopédica.
Además, con esta nueva información se podrá combatir la pérdida de sensibilidad del tacto en afectados de diabetes o cáncer de piel, o simplemente por el envejecimiento.
Todos perdemos células de Merkel a partir de los veinte años. En palabras de Lumpkin, "nadie había probado si la pérdida de células de Merkel por el envejecimiento coincidía con la pérdida de la función táctil, pero es una cuestión que nos interesaba aclarar".
Este estudio se realizó de manera paralela a otro que el equipo de Lumpkin llevó a cabo en colaboración con el Scripps Research Institute. En este trabajo, se identificó un gen llamado Piezo2, relacionado con el sentido del tacto.
"Estos nuevos hallazgos deberían abrir el campo de la biología de la piel y revelar cómo se inician las sensaciones", según Lumpkin.
Este estudio viene precedido por otro dirigido por Alexandra Van Kevmeulen, del Instituto de Investigación Interdisciplinar en Biología Humana y Molecular de la Universidad Libre de Bruselas, en que se ratificó el origen de las células de Merkel en la epidermis embrionaria.

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