En grupo re-sonando este verano nos hemos empeñado, como todos los veranos en enseñar... pero no música, sino enseñar musicalidad, es decir, aprender la verdadera magia del sonido desde un instrumento y desde un lenguaje que es el musical pero no centrándonos en solfeo, armonía, contrapunto... no no no, para eso están los "Congelatorios", es decir, lugares arcáicos donde lamentablemente seguimos enseñando con sistemas de hace cincuenta años y en cuyos lugares se aprende a tocar muy deprisa, muchas notas y muy técnico, pero donde les falta el matiz íntimo, ´lírico, mísitco del sonido como forma de expresión sentimientos y no repeticiones d enotas como cualquier mecano de juguetes. Somos humanos, seres con sentimietno así pues toquemos con esa grandicha que nos ha dado la vida que es la percepción del sentimiento y la posibilidad d emanifestarlo desde nuestro corazón al universo en vibración, en sonido en "MUSICALIDAD".
La musicalidad no es cosa de la juventud como la vida no es sólo para los jóvenes. Antiguamente un anciano era alguien valorado y querido porque representaba el pasado, l ahistoria viva de tu gente, de tu pueblo de tu tierra... Aunque lamentablemente esto va cayendo en desuso, la fuerza que tiene la juventud, el adulto y el abuelo, la compensa con el entusiasmo y las ganas de hacer aquello que quiere hacer, así pues... siempre es bueno aprender y seguir descubriendo porque, en el aprendizaje reside la verdadera juventud, las ganas de descubrir de crecer, de investigar en uno mismo y en los demás... de relacionarse de sentirse, en esencia "Vi VO".
Naturalmente, ésto no se aprende en un día, ni en un mes, posiblemente ni en una vida entera, suerte tienen los gatos que tienen siete vidas. Pero las pautas para ir empezando a abrir la beta de la mina de tus sentimientos esa sí se va abriendo y enseñando conforme vas aprendiendo a tocar un instrumento, pero... siempre desde la musicalidad no desde la música pura y dura academicista, para eso hay muchas academias y muchos conservatorios donde poder ir y que os animo a que vayais también pues todos tenemos derecho a ganarnos el pan enseñando lo que cada cual sabe.
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