En muchas ocasiones hemos hablado del poder de las palabras, de como un determinado término en sí mismo tiene una información vibracional por sí mismo, más aún si se le añade una entonación donde la actitud se hace vibración. En este caso hablamos de la facilidad y plasticidad que tiene el idioma, en concreto el español del tal modo que, un término según lo que lleve por delante o por detrás cambia su significación considerablemente. Es algo que, ciertamente le da mucha más riqueza para el que lo domina pero resulta mucho más complejo para quien lo aprende. No obstante, desde re-sonando, seguimos considerando que ésta riqueza lingüística es algo que ayuda a un idioma a sentirse más fuerte en cada momento por su dificultad de ser suplantado por otro en iguales características.
De hecho siempre se ha estudiado el efecto de "simpatía" de los sonidos, de tal modo que un entorno alrededor de un término afecta en igual medida que sonidos afines a un sonido dado por el efecto de sus armónicos
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