el coaching del sonido

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miércoles, 22 de febrero de 2012

Respuesta fetal a los sonidos




¿Es posible que la música y el lenguaje tengan efectos beneficiosos sobre el desarrollo del cerebro fetal?



Aunque el feto sigue en el aislamiento que representa su ubicación intraabdominal, ya existe cierta sensibilidad del sistema auditivo, a partir de la semana 32°, como se ha evidenciado en algunos trabajos experimentales  y forman parte de algunas acciones propias de la práctica obstétrica (como el estimular al feto mediante el ruido del golpe de las palmas). Pero no olvidemos que el sistema auditivo fetal puede ser afectado negativamente por los sonidos intensos y que los ruidos que pueden ser dañinos para los adultos, también lo son para los fetos . 



Debe considerarse que los estímulos para producir respuestas fetales se alteran a su paso del aire, a través de las paredes abdominal y uterina, al líquido amniótico y no se han hecho registros para demostrar que la llegada de un sonido (la voz por ejemplo) se capte tal como se emite, pues se puede asegurar que llega con modificaciones, no solamente en intensidad, sino con cambios en el timbre y en el tono . Es decir, se amortiguan y se alteran. También consideremos que los sonidos que se generan dentro de la madre y que alcanzan al útero se asocian con la respiración, actividad cardiovascular, intestinal y laríngea de la madre, así como con los movimientos físicos maternos. Todos ellos son de baja frecuencia (< 100 Hz) y pueden alcanzar una intensidad de 90 dB SPL, mientras que los de alta frecuencia no superan 40 dB SPL .


Para quienes no están familiarizados con los términos de alta y baja frecuencia, es pertinente aclarar que de alta frecuencia son los sonidos agudos (la voz femenina es un ejemplo) y los de baja frecuencia son los sonidos graves (la voz masculina es un caso).


Los sonidos exógenos de baja frecuencia (< 250 Hz) tienen muy poca amortiguación (< 5 dB) e incluso pueden tener aumento de intensidad. Las frecuencias dentro de las cuales se encuentra la voz humana (250-4000 Hz) son atenuadas hasta por 20 dB, a una proporción de amortiguación de unos 6 dB/octava. Esto quiere decir que la voz femenina se amortigua más que la masculina. En otras palabras, es más factible que el feto escuche las voces graves . 






Los patrones de respuesta fetal a los sonidos (estimulación acústica) incluyen taquicardia y movimientos de las extremidades y de los párpados, pero en fetos prácticamente a término y con estímulos de más 105 dB SPL (1,13). Con estímulos de menos de 100 dB SPL solamente taquicardias. Estas respuestas son señales de malestar fetal. Con estímulos de 130 dB hay respuestas exageradas en los fetos humanos que sugieren malestar y aún dolor.


Los movimientos y la taquicardia se relacionan con una situación de estrés, por tanto, de secreción de adrenalina , cuya presencia a una concentración innecesaria a nivel del SNC es inconveniente, recordando que la barrera hematoencefálica aún es inmadura y permite el paso de dicha hormona al espacio cerebral, sea ésta de origen materno o fetal (la adrenalina atraviesa la placenta y se secreta en la leche) . Así también puede entenderse la necesidad de lograr una madre gestante relajada, que es lo que realmente se consigue con la música.


Si se trata de sonidos, sabemos que muchas veces los fetos se mueven cuando se realizan ecografías (que son ultrasónicas), lo que quiere decir que el agente perturbador es la onda sonora directamente sobre el SNC y no a través del proceso biológico de la audición. El sonido a nivel ultrasónico destruye estructuras, como es el caso de su uso para desintegrar los cálculos.


La diferencia de percepción auditiva entre un feto a término y el recién nacido es de alrededor de 30 dB, principalmente para sonidos de más de 500 Hz, de los que está bien aislado. Pero para sonidos de menos de 250 Hz el aislamiento es de 10-20 dB . Esto significa que para que una señal sea captada por el feto, en forma similar al neonato, se requiere una señal acústica de intensidad mayor en esa magnitud. 


Debemos recordar que la capacidad auditiva humana está entre 16 16000 Hz, y la voz humana, en el lenguaje común, está entre 250- 4000 Hz, con una intensidad entre 40 80 dB SPL . 


El sistema auditivo inmaduro es particularmente sensible a la sobreestimulación durante e inmediatamente después de la maduración auditiva rápida (periodo crítico), por lo que se debe tener sumo cuidado, precisamente con sonidos que superen 100 dB SPL. Felizmente el feto está protegido y aislado de los sonidos de origen externo, durante toda la gestación, pero tal aislamiento disminuye en los dos últimos meses IU, como hemos referido en un párrafo anterior . 


Algo muy importante es que se amortiguan los sonidos de alta frecuencia, pero no se amortiguan los sonidos de alta intensidad , como son los gritos muy fuertes, los golpes, la música muy fuerte (alto watiaje), sobre todo los golpes de las baterías de la “música moderna”. El sistema de la audición humana no ha sido estructurado para los sonidos de alta intensidad, como son los de la industria y los producidos por los amplificadores. El sentido de la audición humana puede escuchar las voces más poderosas y los instrumentos más potentes, sin ser dañado, siempre que no se utilice amplificadores de sonido.



Fuente: PAEDIATRICA© Asociación de Médicos Residentes del Instituto Especializado de Salud del Niño
ISSN versión electrónica 1728-2403
Fuente extraido el artículo de http://sensibilizacionsonora.blogspot.com/2012/01/respuesta-fetal-los-sonidos.html

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