Re-sonando

La música es sin duda ninguna, una de las artes más esotéricas y mágicas qu ehay  ya que es de las pocas, por no decir la única que no es percibida con la vista sino con los demás sentidos y eso, en una sociedad eminentemente visual crea ciertqa confusión.

Rwecientemente, cuando estaba hablando con un amigo y músico "clásico" o de corte clasico más que terapeútico, le explicaba la existencia del canto difónido o harmónico y cuando se lo iba exponiendo me iba buscando diferentes argumentaciones qu epcoo a  poco a poco iban cayendo por su propio ser. Finalmente, algo desolado manifestaba "si eso es así... desaparecería la música", esto es, si el canto harmónico demuestra qu eel sondio es la sustentación de varios sonidos... al igual qu esucede con los colores y sus gamas, se disolvería la ilusión vibracioanl qu eproporciona la musica en tanto que  melodías reales y únicas almomento de se rescuchados... ¿seguro?

Mi teoría es justamente la inversa, al ser lenamente consciente de que  eso no es así cuando hagamos precisament eso, saldrá un sonido más real y auténtico ya que en ese instante sí sabremos qué estamos haciendo sonar. Del mismo mocdo que el pintor no mata la pintura cuando descubre que un color es fusión de varios y el blanco de los siete, el músico debe saber el origeninicial de un determinado sondio y que ese sondio se sustenta no de una presión casuística o azarosa, sino d eun complemento de vibraciones qu enos lleva a ese estado vibracinal que es un sonido detrás de otro.

El problema en este caso estriba como en tantos otros, en un "corsetismo musical", esto es en reglas armónicos, melódicas y contrapuntística que hacen que la música, cmo mujer, se sienta metido en un corpicho del que dificilmente puede salir si nos empeñamos en crar reglas y más reglas.

Creo y así lo sustento que tal vez esa se a larazón fundamental por la que hoy má squ enunca, la música contemporánea esta cayendo en picado en cuanto a seguidores mientras que otras corrientes como el jazz o el flamenco siguen teniendo más adeptos ya que, al revés qu ene la música clasica, elitista como pocas, el jazz y el flamenco permiten al músico e interprete disfrutar del sonido qu erealiza y proporcionar no solo un trabajo para el oyente sino una simbiosis entre publico y músico, ya que, en realidad no hay un oyente y un ejecutante, sino que todos oyen y, en el caso de músico también intérpreta pero esta interpretación debe estar asumida por la propia persona qu elo realiza y no desarrollarlo a  modo d emecano, plano y sin consistencia tapandolo un pcoo d emanera sutil con velocidades de vertigo qu e, afortunadamente y aesán cayendo en su propio fracaso por esta mismoa raón.

La gente quiere vibra con la músico y con el músico qu elas hace salir de su instrumento o agrupaciones instrumentales aun coralistas incluso... la era de lo que en el arte dramático se da en conocer coo la "cuarta pared" creo que va llegando finalmetne a su fin y el sondio no queda relegado a una unica dirección, sino a n plano más global.

sintamos el sondio, el que sale, el que está y el que viene con él y así no sfundimos en un abrazo de puro sondio real sin tapujos, al desnudo... eso será la musica absoluta.