Recientemente, en una sesión sonora, con cuencos tibetanos y demás instrumental, a la hora de dudas sugerencias o preguntas apareció una pregunta que, por esperada, no fue menos sorpresiva...
¿Por qué hay que tocar con estos instrumentos y no con instrumentos de una orquesta`por ejemplo...? ¿No tiene un fin comercial y mercantilista?
Bueno, es una posibilidad claro está, por qué no, de hecho nadie ha prohibido que se haga. Ahora bien ¿Se obtiene la misma capacidad vibracional? yo le aseguro que no ¿por qué? porque los instrumentos llamados "temperados" o templados, están afinados en una finación que no es acorde o correcta con la frecuencia de lo que podía denominarse "sonido natural. Es decir, un violín o una tuba están afinados con un diapasón que marca un la a 440hz segundos y esa nota, o ese sonido, o lo más parecido en la naturaleza no es en esa frecuencia ni de loejos, lo cual produce que sí, la música es extraordinaria y fantástica, y alo creo que sí, pero con la connotación de que no está afinada para un sonido "natural" ¿porqué nos produce beneficios o pseudobeneficios? por que nuestra cerebro, desde nuestra concepción misma está siendo fabriocado y modelado a que esta estructura es la idónea para nosotros... y lo es... hasta que aparece un sonido "natural" acorde con el sonido de la naturaleza y éso amigo mio, eso nolo produce ninguno temperado, al menos no los "fijos" como un piano, un arpa o una guitarra donde la nota es la qu ees y no admite más cambios, un violín, una flauta pueden jugar con la tensión o la presi´no y ajustarlo má so menos y así poder traajar menos mal o mejor pero los quehoy se le llama "rey de la música" -me refiero al ñano- lamentablemente no está como debería estar.
Todo este instrumental no es que tenga un sonido afinado es que tiene, hablo el caso de los cuencos, como poco tres. El didgeridoo sacas el sonido tú y en consecuencia sale afinado ya que lo afinas mediante armonicos y presion. los tambores trabajan con una presión constante, la de la vaqueta de quien la toca y eso también hace qu eafine bine.
A favor de la música clásica dos ejemplos. Cuando el bueno de Amadeo, alias Mozart, iba a un concierto, cuando le gustaba decía "es natural" o "no es natural". Y el bueno de José, alias Verdi, intentó para su requiem como para otras muchas obras que el diapasón utilizado fuera mucho más agudo a lo que se negaron las orquestas pero él afirmò que asíno sonarí aigual de bien.
No bstante todo es cuestión deir probando y de sentir no de pensar qué toco sino cómo influye lo qu esuena en mí, esa es l aidea de este instrumental y no el entretenimiento lúdico, por eso en estos instrumentos más que música lo que se ehjerce son sonidos y más que diversión y distracción es reflexión y una profunda introspección,
Así que... re-sonemos... es lo mejor.
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